Este café se prepara utilizando un método aparentemente simple (secar al sol las cerezas enteras), pero que en realidad requiere un monitoreo constante. Esta complejidad de implementación conduce a un resultado extraordinario cuando nada se deja al azar.
Omar es el cafetero de la finca y se ocupa con mucho cuidado de los cafetales durante todo el año, con la ayuda de sus dos hijos.
Este café es el resultado de los esfuerzos de toda la comunidad reunida por al proyecto de dar vida a una finca que cambiará el mundo del café mexicano.
Aquí, el tostado en origen fue decisivo, y esto de dos maneras. Primero, fue porque querían tostar al origen un café mexicano que el equipo se dio cuenta de que necesitaban tener control sobre los granos que tostarían, y así fundar una finca. Segundo, el tostado en origen condujo a la implementación de procesos para mejorar las técnicas, de los cuales la degustación continua se convirtió en una necesidad.
Después de plantar variedades de cafetales adaptadas al terruño, los esfuerzos se han centrado en dominar las técnicas de procesamiento de cerezas y granos de café con el fin de explorar la riqueza de los aromas que el café puede ofrecer. De los granos cosechados a mano y rigurosamente procesados que provienen de la misma parcela de 60 hectáreas, nacieron 5 cafés diferentes, que ofrecen una amplia gama de sabores, aromas y personalidades.
El método natural es tanto o incluso más complicado de dominar que el método de la miel. Secado en camas africanas durante unos 35 días, cada detalle es importante, ya que el secado debe ser monitoreado.